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Aquí tienes nuestra sección de noticias

En esta sección de nuestra web encontrarás publicadas las noticias de nuestro proyecto: últimas actividades organizadas, participaciones en congresos de nuestro equipo investigador, recomendaciones de lecturas, etc.

 

Publicadas cronológicamente, encontrarás arriba del todo las más recientes y, conforme hagas scroll hacia abajo, verás aquellas más antiguas.

El pasado 21 de febrero iniciaron los seminarios virtuales, que forman parte de la etapa final de nuestro proyecto de investigación. Así, en nuestro primer encuentro "Familias transnacionales en el siglo XXI" contamos con un numeroso grupo de participantes, entre ellos, profesionales, cuidadores, lideres religiosos y una audiencia muy interesada en el tema.


Aquí les compartimos la información brindada en la primera jornada y esperamos vernos en nuestra próxima sesión: 27 de febrero 8:00 a.m. Honduras 3:00 p.m. España. Debajo de la imagen pueden descargar la presentación Power Point de esta primera sesión formativa.




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Actualizado: 9 feb



Con esta investigación presentamos las diversas interpretaciones y significados que las cuidadoras de menores en familias transnacionales dan al rol que desempeñan ante la partida de un progenitor o ambos. En sus relatos, las cuidadoras priorizan aquellas vivencias vinculadas a procesos afectivos y relacionales, tanto con los menores como con los familiares migrados. Estas personas cuidadoras, en su mayoría mujeres, se adaptan a la circunstancia transnacional y cuidan en todas las direcciones: por un lado, desde la cercanía a los menores que quedan en Honduras; por otro, en la distancia cuidan de quienes emigran. Las cuidadoras renegocian sus roles, que a menudo tienen que ver con expectativas de género, y usan nuevas herramientas, como la comunicación asertiva o el manejo de las remesas. Estas nuevas dinámicas, aunque con algunas limitaciones, pueden conllevar un cierto empoderamiento de las cuidadoras, especialmente dentro de la familia.


Los resultados principales de esta investigación apuntan a que las mujeres cuidadoras de familias transnacionales se ocupan de responder a las necesidades emocionales, educativas, comunicativas y logísticas de gran parte de la familia. Ellas hacen hincapié en que, aunque saben que no es posible, ni pretenden, sustituir la figura del familiar emigrado a nivel simbólico, a nivel práctico sí que recae sobre ellas la responsabilidad del día a día. En esa tesitura, las cuidadoras buscan nuevas maneras de extender su rol más allá de las fronteras políticas y geográficas y de las construcciones convencionales de la familia.


De las narraciones de las participantes observamos que su experiencia está profundamente atravesada por la variable del género. Estas mujeres y, en consecuencia, los equilibrios familiares de los que participan y los roles que desempeñan, desafían a aquellos tradicionales. Por lo tanto, siguen encontrándose con dificultades en su relación con las instituciones y la comunidad de las que forman parte. Con el fin de mantener la unidad familiar, una de las funciones principales que ellas se atribuyen es la de cuidar del relato y mediar en la comunicación entre quienes están en el extranjero y los menores a su cargo. Por ejemplo, pueden omitir información, normalmente al familiar emigrado, como forma de cuidado. Ellas asumen la responsabilidad que se les asigna, anteponiendo las necesidades de otros a las suyas propias.


Aceptar este cambio de rol en la familia es complejo y a veces imprevisto. Como visto en sus relatos, en muchas ocasiones no se les hace partícipe del proyecto migratorio hasta que la decisión ya está tomada. Esto hace que las cuidadoras, en ocasiones, se sientan poco preparadas y echen en falta herramientas materiales y emocionales con las que hacer frente a la compleja situación de la que quedan a cargo. Todas las participantes comparten sensaciones de culpa frente a las expectativas sociales (por ej., al comparar su situación familiar con las de otros menores en la comunidad), de juicio sobre ellas, de dolor por la ausencia del familiar en el extranjero y de presión por las responsabilidades hacia los menores y el hogar. Sin embargo, al mismo tiempo, las participantes en las entrevistas individuales y los grupos focales reportan frecuentemente sentimientos de orgullo y fortaleza en relación al desempeño de su rol en la familia.

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Recientemente, la Fundación ETEA ha dado difusión a los avances sobre la investigación “Mejora de la atención psicosocial a niños y niñas con padres emigrados y sus cuidadores/as desde una perspectiva de género en el occidente de Honduras”.


En esta entrada web se ha referido a las experiencias de las mujeres cuidadoras hondureñas que se quedan en el país de origen y cómo estas se esfuerzan por mantener el puente de la comunicación y la cohesión familiar con todos los miembros de su familia.



En las familias transnacionales de Honduras, las mujeres cuidadoras desafían los roles tradicionalmente asignados por la sociedad en términos de género, modelos familiares y relaciones. La organización de estos cuidados, que pasan a jugar un papel incluso más central en la familia, el reparto de responsabilidades y los afectos relacionados con los mismos y su gestión, acaban conformando la experiencia de quienes se quedan en casa cuidando mientras otros familiares emigran.


Esta nueva manera de entender la familia transnacional y la educación de los menores que se quedan en el país de origen ante la partida de uno o ambos progenitores, no se encuentra con pocas limitaciones, al tener que lidiar de forma constante con la asunción social, aún extendida, que considera indispensable la presencial corporal del progenitor/a.

En un trabajo presentado recientemente en el I Congreso Internacional de Investigación para la Paz, la investigadora Nerea Larrinaga ofrece algunos avances sobre las experiencias de las cuidadoras en el contexto de la migración transnacional.


La adaptación y resiliencia de las mujeres cuidadoras que se quedan atrás


Los datos del estudio revelan que los cuidadores, en su mayoría mujeres, que enfrentan la ausencia física de familiares debido a la migración, no solo se adaptan a esta realidad transnacional, sino que son capaces de asumir múltiples roles y compromisos, actuando como pilares esenciales en sus hogares.

Esta adaptabilidad se refleja en nuevas formas de comunicarse, relacionarse y educar a los menores que quedan en casa, evidenciando una resiliencia excepcional.


Los cuidados son clave en la cohesión de la familia transnacional, aunque tienen un alto coste


A pesar de que la literatura tiende a problematizar la situación familiar transnacional, las mujeres cuidadoras emergen como mediadoras comprometidas en preservar la cohesión e intimidad familiar, tanto para quienes se quedan en Honduras como para aquellos que emigran.

Sin embargo, este desafío no viene sin costes. Las mujeres cuidadoras sienten una carga excesiva, no solo debido a la lucha constante por equilibrar sus múltiples roles y responsabilidades, sino también por los sentimientos de culpa y juicio que experimentan al sentir que el resto de la comunidad cuestiona su manera de vivir, en un contexto además donde existe una falta de apoyo institucional.


Una investigación académica que conecta con la realidad social


Este trabajo forma parte de la tesis doctoral que está elaborando Nerea Larrinaga bajo la dirección de los investigadores de la Universidad Loyola, Marco Gemignani y Yolanda Hernández. Con este estudio se busca comprender en mayor profundidad las vivencias de las mujeres cuidadoras para ahondar en una visión de la migración que no conlleva una ruptura con el país de origen, sino una continuación, prolongación y mantenimiento de las relaciones en la distancia física.


El estudio se enmarca a su vez en el proyecto Mejora de la atención psicosocial a niños y niñas con padres emigrados y sus cuidadores/as desde una perspectiva de género en el occidente de Honduras, implementado por la Universidad Loyola y su Instituto de Desarrollo, la Fundación ETEA, con fondos de la cooperación andaluza (AACID).

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